Ramiro Ortiz
Actores que se convierten en directores. Productores que se hacen directores. Guionistas, fotógrafos, diseñadores que se sientan en la famosa silla tijera para comandar una película. Menos común es que un doble de riesgo lo intente pero he aquí un caso. Alguien llamado Scott Waugh lo hizo y su más nueva película, Need for speed (Necesidad de velocidad), está logrando lo que él quería: dinero y popularidad internacional.
La recién estrenada Need for speed retoma un género ya clásico: películas con autos a gran velocidad. ¿Podrá disputalre la taquilla a Rápido y furioso?