José Playo
Creo que esa semana yo había soplado 12 velas sobre la torta. Recuerdo a mis padres, incómodos en el sofá, mirándose entre sí, aclarando la garganta. Recuerdo el nerviosismo y la sensación de saber que la charla que estábamos teniendo era algo trascendental, una forma de ingresar, sin haberlo pedido, en el mundo de los adultos.
La educación sexual dejó de ser un tabú. La escuela y programas de televisión como Pregúntale a Lara acompañan esa evolución, aunque quedan abiertas muchas preguntas.