En el prólogo de El dador de recuerdos, la nueva película de Phillip Noyce, adaptación pop de la novela The Giver, de Lois Lowry, una voz en off introduce una sensibilidad de época. El personaje cuenta el orden de un mundo y sus miedos.
El dador de recuerdos es una película cuyas imágenes están diseñadas casi por completo de manera digital y, con su guion, parece un comercial de Benetton auspiciado por Unicef.